sábado, 12 de junio de 2010

Tejadita y La Presa


“¿Sabes, Dios mío, por lo que clamo? Oye y perdona mi desacato: sin que lo tomes a gran pecado, sin yo sentirlo, sin saber cuándo así... de pronto vuélveme gato. Gato ser quiero; pero no gato de dos patitas y de dos manos. Gato de pelo, de uñas y rabo, de cuatro patas y que haga miau, quiero ser libre, no ser esclavo, vivir durmiendo en los tejados, andando solo, siempre robando”. Juan José Botero.


El Gato Tejada se encontró sobre los tejados más altos en los que jamás hayan estado con la Gata Presa, este 7 de Junio pasado.

Yo creo que Tejadita el Gato del Río , a quien conocí hace pocas semanas, y debo decirlo de quién me llevé una gran impresión y no sólo por su belleza monumental (literalmente) sino, por lo "apetecido" que es, tiene tras él a 15 hermosas mininas, salidas de las más altos pinceles colombianos; ha encontrado al fin su amor, hace poco que ella La Presa, como fue llamada, llegó más lejos que cualquier otra de sus contrincantes felinas, y no por su belleza, que al fin y al cabo en este caso es bien subjetiva, todo depende de la corriente, o de la fama en la que se desenvuelvan o se envuelvan; sino que por fin se decidió a salir en busca de él, del de verdad, que hace 12 años se había fugado en busca de mejor techo.

Seguramente, Tejadita el Gato del río, andará contento con esta emblemática compañía, y escucharemos sus maullidos nocturnos y a veces sentiremos cálidas bolitas de pelo caer sobre nuestras cabezas.



© 2010. Todos los derechos reservados. Iris Gutiérrez V.

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